En memoria de Sagrario Resano


Una tormenta de verano
de repente nos envuelve.
Una sola gota se escapa
y en mi mano flota.
¡Mírala, porque es única!

Una orquesta sin violines
a ritmo de bombo interpreta.
Te quieren en silencio
pero tu obra retumba
en su conciencia quebrada.

Apostados en el duro invierno
en la trinchera del pensamiento
que lucha y se libera,
una muchachita alza su voz
¿habéis visto esa flor?

Una gota de vida que a tierra cae
y parece que ahí se agota.
Sólo parece, 
pues de la noche a la mañana
ha surgido un manantial.

Este manantial fresco y transparente
que por entre la hojarasca del hayedo
se abre camino y brota,
avanza libre, sin miedo
por la pendiente del destino.

Siguiendo la ruta del sol
nuestra gota vivaracha
descubre por azar
lo más mundano,
qué si no la injusticia de lo humano.

En simbiosis con la naturaleza,
pura vida ya,
Sagrario en nosotros eres.
Gogoan zaitugu.


David Bizkai
En memoria de Sagrario Resano
Agosto de 2004

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