En recuerdo de nuestra amiga Sagrario Serrano


  El pasado día 22 de junio murió Sagrario después de una penosa enfermedad.
En el grupo de mujeres tuvimos la oportunidad de poder compartir con ella muchos momentos de en-cuentro a lo largo de 25 años. Y hemos querido aportar nuestro grano de arena para que el recuerdo de nuestra gran amiga sea lo más cercano posible a su contribución a la vida.
Fue realmente una estupenda amiga, de las de verdad, de las que cuando tienes cualquier pena, te mira adentro, a los ojos, y te ofrece su ayuda hasta donde haga falta.
Entregada a la lucha contra la injusticia, nunca pretendía embellecer las cosas que no le gustaban. Antes al contrario, se rebelaba, trataba de cambiarlas, de buscar ayuda, de estrechar lazos. De tirar para adelante.
Y fue precisamente la desigualdad entre las mujeres y los hombres una de las injusticias que menos pudo digerir Sagrario. ¡Cuántas horas habrá pasado trabajando sin descanso para mejorar la situación de las mujeres! Lo mismo colaboraba en la preparación del café concierto para las mujeres en fiestas del barrio, que en unas jornadas de feminismo en Leioa, que en los sucesivos cursos de crecimiento personal para mujeres que anualmente organizamos con Andraize... Fue incansable cuando durante años organizábamos los cursos de ginmasia de mantenimiento para las mujeres... Y estudiaba afanosa el por qué de la doble jornada de trabajo, el tema de la feminización de la pobreza, la situacion de la mujer en países amo Marruecos o Túnez. Todo le interesaba. Siempre dispuesta a crecer y a mirarse hacia dentro para seguir aprendiendo.
Porque aprender fue una de sus pasiones. Aprender sin descanso por puro amor a la vida. Vivió mirando a sus sueños, como ella misma solía decir. No renunció a ellos en ningún momento, aunque a veces pudieran suponerle incertidumbres y soledad.
Cabalgó enérgica por caminos inexplorados, poco inclinada a la comodidad y a la mediocridad. Siempre encontraba motivos para continuar, para animarnos a las demás a luchar por nuestros sueños de un mundo más humano y más justo. ¡Qué pocas veces la vimos enfadada! Tenía una dulzura increíble, hasta cuando hablaba de las cosas más profundas, como ella tan bien sabía hacer...
Así que siempre continuará entre nosotras y en esta Txantrea que ella tanto apreciaba. Personas como Sagrario nos parece que colocan al ser humano en unos niveles de autenticidad y de energía que constituyen una verdadera maravilla de la vida.

Asun Ramos
Grupo de mujeres de la Asociación vecinal Arga
Julio de 2004


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